sábado, 5 de abril de 2008

patio



Buenos Aires está teniendo la deferencia de hacer durar el verano un poco más. Eso y el patio hacen que me haya sentido en casa muy rápido otra vez. La productora tiene un patio precioso. Con parra, rosa china, gatas. El primer día fui agasajada con un asado ahí. La gloria. O sea que esta parte de la historia empieza con un asado y unos vinitos en un patio con gatas, mucho verde y -otra vez, qué suerte la mía- tres chicos encantadores. Empezamos la jornada viendo películas. Documentales de música. Analizando, comparando, debatiendo. Después, vamos viendo el material y marcamos las cosas que tienen algo, que conmueven, que suenan bien, que son originales, que fluyen. Hay muchas cosas que están bien. Estamos contentos. Me encanta cuando hay sintonía sobre eso.

Mientras, disfruto de los ravioles, la Quatro pomelo, el sabor de los tomates. Las palabras nuevas. La forma de tocarse. El doble sentido. La cumbia en los taxis. Las veredas rotas. El verde. Y ese sol inmenso que entra ahora mismo por la ventana iluminando todo ese enorme río sin orillas que quizá sea la clave de todo, de alguna manera. Me puse cursi. Nada, sábado en Buenos Aires.

No hay comentarios: