miércoles, 11 de junio de 2008

la película no tiene título. hasta ahora me hacía la tonta, pero esa es la realidad. dos horas y veinte minutos de duración. dos meses y diez días editando. pero la criatura no tiene nombre. es "el docu". o "la peli". pero nada más. pensé que iba a surgir, de repente, mágicamente, un día. que iba a ser obvio. que iba a ser ese y ningún otro. que claramente la película se llamaría así. que no iba a poder llamarse de ninguna otra manera. 

pero no. la cueva no se abre. 

lunes, 2 de junio de 2008

the end

ese es el problema. el mayor. terminar. me acuerdo que antes de empezar a montar leí un libro de walter murch. y decía que el peligro de montar en digital era que hay infinitas versiones posibles de la película y que se corre el riesgo de no terminar nunca. 

hay mil razones para no querer terminar una película. porque no querés dejar de ver a las personas que llevás dos meses viendo todos los días. porque en realidad no sabés muy bien qué querías decir con la película. porque no querés exponerte y mostrarla. porque no sabés cómo enfrentarte al vacío que te quedará después. porque querés seguir "jugando al cine". etc. pero hay que terminar. si no, todo va perdiendo sentido.

"contemplar la maraña de ciento cincuenta mil o trescientos mil metros de material es como asomarse a la selva amazónica. ¿quién se adentraría en ella si llevar mapa y provisiones adecuadas? 

uno de los peligros de los sistemas digitales es que, a primera vista, convierten esa selva amazónica en un videojuego sin consecuencias aparentes. si nos equivocamos de camino, simplemente volvemos a empezar desde el principio. el material real no se ha tocado. no hay recortes sueltos que tienen que unirse de nuevo. eso es verdad en cierto sentido superficial, lo que no significa que por debajo del virtual no esté escondido un Amazonas real, que en la práctica va a hacernos perder el camino. siempre debería haber una planificación, cualquiera que sea, pues solo disponemos de un tiempo determinado. (...) 

teseo necesitó seguir el hilo para salir del laberinto del minotauro. sin plan, sin mapa, sin hilo, el montaje de una película se convierte en algo sin sentido, un entrechocar de imágenes y sonidos para conseguir un efecto puntual". (de "en el momento del parpadeo" de walter murch)

así que, nada, habrá que buscar la forma de salir de la selva... pronto.