domingo, 25 de noviembre de 2007

gijón


Hace días que intento escribir y no lo consigo, lo que no quiere decir que haya dejado de pensar en el documental. Ahora mismo estoy en el Festival de Gijón (www.gijonfilmfestival.com) y me siento pequeña e insignificante ante el despliegue de creatividad, sensibilidad e inteligencia que hay en cada una de las películas que se presentan aquí. Insisto en que no entiendo por qué este festival no recibe muchísima más atención. Aquí aunque una película te guste más o menos, siempre te pasan cosas, lo que no ocurre en Venecia o Berlín (por citar dos ejemplos que conozco).

Aunque ahora me sienta pequeña e insignificante, estos días ocurrió algo que me motivó mucho: vi las diez horas de material que ya tengo grabado. Aunque lo grabamos en mayo y junio, hasta ahora no lo había podido ver. Y es que en esto del cine no sólo se trata de pensar en términos de planos y cortes, sino que hay que aprender un montón de detalles técnicos, como que una cámara HDV de la marca JVC es de lo mejor que podés utilizar, pero que luego será muy complicado digitalizar el material porque casi nadie dispone de un magneto para ello.

Vi el material y fue muy estimulante. Me conmoví con algunos momentos y eso es exactamente lo que quiero que ocurra. Qué miedo tenía y qué alivio descubrir que sí hay algo de lo que quiero que haya. Y, sobre todo, qué bueno confirmarme en la convicción de que esta gente es muy grande y eso hay que contarlo.

Más allá de eso, también me conmovió estos días la solidaridad que hay en este mundillo del cine. Porque al final el magneto me lo prestó un señor que no me conoce de nada, y una chica que tampoco me conoce, más que por referencia de un amigo en común, me dejó su equipo para que digitalizara todas las cintas y me explicó con toda la paciencia del mundo en qué consistía y cómo se hacía ese proceso. Eso no ocurre en otros ámbitos.

Hace un rato estuve en la rueda de prensa de Carlos Reygadas, un mexicano con muy buena onda que hace unas películas muy raras que escandalizan y fascinan a partes iguales. Incluso a las mismas personas. Reygadas decía que después de todo uno hace cine para compartir sentimientos y emociones. Y es eso. Uno quiere llegar a algún lugar dentro del otro que de otra manera no puede alcanzar.

Eso.

sábado, 17 de noviembre de 2007

isra y makiko


Ayer vi otra vez “La leyenda del tiempo” de Isaki Lacuesta en la tele. Luego le hicieron una entrevista. Además de ser una película muy hermosa y delicada, que esta vez disfruté aún más que la primera, lo que más me llama la atención es la seguridad del director. No es una seguridad de saber exactamente cómo quiere cada plano, cada escena. No. Es otra cosa. Es una especie de tranquilidad frente a lo que va a ocurrir. Es estar seguro de que pase lo que pase, sabrá convertirlo en parte de la película. Contó que tenían como 80 horas de material y que muchas sirvieron sobre todo para hacer ciertos aprendizajes, para llegar hasta algún lugar. También contó que quería hacer una película alegre, pero que en el casting se encontró con personajes que le fueron cambiando la idea. Y hay una cosa que siempre dice Isaki que me gusta mucho: Cuando uno está trabajando mucho tiempo en una película, las cosas que ocurren no son resultado del azar o de la suerte, aunque a primera vista pueda parecer eso. Son resultado del trabajo. Lo más difícil es llegar hasta ese grado de confianza en uno mismo. Saber que vas a saber aprovechar todo lo que ocurra, dejarte llevar, sin perder el rumbo.

viernes, 16 de noviembre de 2007

no disponible

Me preguntaba por qué estoy haciendo esto. Y no tengo una certeza. Las razones son diferentes cada día. Pero tienen mucho que ver con esto de buscar algo concreto, palpable. En este universo tan extraño, de relaciones virtuales, de no tocarse, quiero encontrar algo que tocar. (No me explico bien. Es uno de mis grandes problemas. Si alguna vez me entrevistan, será catastrófico). Lo que quiero decir es que yo no sé decir muy bien qué soy ni de dónde vengo. Estoy conformada por muchas cosas, muchos espacios, mucha gente, muchas culturas. Mi impresión es que para mucha gente el chamamé es un punto de encuentro concreto, un código común. Un lugar en el que se sienten en casa. Me da envidia eso. Quizá no seas malo que eso de tener raíces suene anticuado. Pero cuando lo veo, cuando alguien puede decir concretamente soy esto o lo otro, me da envidia. Quizá voy en busca de eso. De gente que sabe lo que es. Y quizá me estoy equivocando y el chamamé funciona como el facebook, donde todo el mundo se encuentra y no sabe muy bien para qué y por qué. En todo caso, echo de menos espacios en los que tocarse, olerse, rozarse. Eso lo sé. Lo que no sé es si los encontraré con esta película.

Frase del día: "Las soluciones de composición en el interior de un plano dado son tan diversas como las personalidades de los directores (...) De lo que muchos realizadores no han tomado consciencia, y de lo que menos se preocupan, es de la posibilidad -incluso de la obligación, por poco que se sea sensible a la naturaleza orgánica, imperativa, del material que se trata- de organizar los cambios de planos, los "raccords", en función de la plástica de los "totales encuadrados" sucesivos, creando así una red estructural". (Noël Burch, "Praxis del cine")

miércoles, 14 de noviembre de 2007

confesiones de invierno

Sólo queda un mes. Lo que no tengo muy claro es si es un mes para el parto. O un mes hasta que me quede embarazada. Lo de las metáforas no se me da muy bien. Sólo sé que estoy muerta de miedo. Que estoy aquí rodeada de libros y de películas en los que busco respuestas. Filosóficas. ¿Qué busco con esto? Y concretas: ¿Cómo hago entrevistas a más de un personaje con una sola cámara? Necesito soluciones. Pero miro y miro y hasta el documental más humilde tiene dos. Mierda. Bueno. Me tranquilizo. También puede ser que haya montado planos de diversos momentos de la entrevista. O que le haya hecho repetir todo lo que dijo al entrevistado ¿Me atreveré yo a hacerles repetir todo a Antonio Tarragó Ros, a Nini Flores? Mi apuesta fundamental es que si ahora me empapo de mucha teoría (o sea libros) y muchas imágenes (o sea películas) voy a tener los reflejos en el momento justo para hacer lo más apropiado cada vez. Pero no estoy muy segura...
Eso sí. De vez en cuando hay planos que los tengo clarísimos y los espero ansiosa. Tienen que ver sobre todo con el río. Con esas aguas marrones moviéndose despacio. Con el sol reflejado. Los camalotes. El calor. Las canoas viejas. Los remos en el agua.

Queda un mes. Ya está todo el equipo preparado. Somos cinco. Pero no nos conocemos todos. La mitad estamos en Madrid y la otra en Buenos Aires. El encuentro será el 19 de diciembre. Por fin. Quiero poder contagiarles la emoción a todos. Quiero un rodaje armónico. Feliz. Tranquilo. Quiero ser la directora que este rodaje se merece.
*
Frase del día: "El principal reto de las imágenes documentales consiste en la construcción de un discurso que proporcione una determinada forma de conocimiento del mundo que actúe como referente". (Ángel Quintana, "Fábulas de lo visible")
Película del día: "Luces al atardecer" de Aki Kaurismaki. (me dio mucho frío, más que el que ya me había dado la fiebre que tengo. y me recordó aquello tan bonito de "cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar". aunque no estoy muy segura de si pegaba ahí "el día que me quieras"...)