viernes, 22 de febrero de 2008

berlinale

Estos días han sido muy estimulantes. Estuve en la Berlinale. Ya sé que todos creen que es maravilloso. Lo es. Pero también es agotador. Incluso creo que encontré la solución a mi insomnio. Un director polaco cuyo nombre no develaré hizo que durmiera perfectamente durante dos horas seguidas. No tengo ni idea de si su peli es buena o mala.

Así nos deja la Berlinale al final... Tres o cuatro pelis por día, ruedas de prensa, entrevistas, crónicas que hay que mandar en veinte minutos. Poca comida. En fin. No me quejaré de eso. Me quejo, sí, del nivel de la sección oficial. Los festivales deberían ser lugares en los que se muestren películas de personas con huevos, arriesgadas, talentosas, innovadoras. Pero ese no es el caso. Casi todo se parece a otra cosa, es previsible, aburrido, conservador.

Pero hablemos de lo bueno. La mejor película, en mi opinión: "Lake Tahoe", de Fernando Eimbcke, un mexicano talentosísimo. Planos fijos largos, pocas palabras, un poco de sentido del humor, un fondo desolador. Un niño que perdió a su padre y vaga por la ciudad. No mucho más. Bonita, muy bonita. Hubo consenso sobre eso entre los periodistas (los amigos, al menos).

Y otra peli que me encantó y que fue menos mencionada (era la última del concurso, pobre): "Ballast", de Lance Hammer. Cuando ya empecé a cabecear en todas las películas, ésta me mantuvo alerta, receptiva, atenta desde el principio hasta el final. Muy buena. La cámara. Los personajes. La sobriedad. Se me dio por considerar un enorme valor en el cine la sobriedad.

Nada, esas dos. Me gustaron mucho. Las disfruté mucho. Percibí una mente creadora, inteligente detrás. Me desafiaron, me exigieron. No ocurre nada de eso con la mayoría de las películas de las secciones oficiales de los festivales. Protesto.

No encuentro nada en Youtube de la última de Eimbcke. Pero aquí un trailer de su primer film, "Temporada de patos". Muy bueno también, pero en otro tono.



Y una entrevista con el director de "Ballast".